La urgente realidad de la seguridad en las iglesias
Cada iglesia tiene un doble llamado cuando se trata de los males del mundo: garantizar la seguridad y enfrentar el peligro.
· Garantizar la seguridad (internamente): La iglesia debe ser un lugar donde cada persona esté protegida del daño.
· Enfrentar el peligro (externamente): La iglesia también está llamada a enviar personas a predicar el Evangelio en lugares peligrosos.
Una iglesia segura es una amenaza para el enemigo. Una iglesia insegura socava el Evangelio y es un activo para el enemigo.
El entorno de alta confianza y baja seguridad
Las iglesias, por naturaleza, tienden a ser lugares de baja seguridad y alta confianza. Su misión de dar la bienvenida a todos y alentar la asistencia puede hacerlas vulnerables. Con reuniones frecuentes y controles de seguridad limitados, estos entornos pueden percibirse como blancos fáciles para aquellos con intenciones maliciosas. Considere esta matriz con diferentes lugares. He utilizado la palabra "confianza", pero podría reemplazarla por "hospitalidad" y se aplicarían los mismos principios.
Alta seguridad y baja confianza: Todos deben pasar por seguridad en los aeropuertos. Sin excepciones. Los agentes de la TSA asumen que cualquiera puede ser un riesgo y no muestran mucha hospitalidad.
Baja seguridad y poca confianza: En los centros comerciales, cualquiera puede entrar y salir, y solo unas pocas tiendas cuentan con medidas de seguridad como detectores de metales o guardias armados. La mayoría de los minoristas tienen una seguridad limitada. Al mismo tiempo, estas tiendas asumen que cualquiera es un ladrón potencial. La hospitalidad y la confianza no son una prioridad.
Alta seguridad y alta confianza: En muchos casinos, los clientes suelen ser tratados con un mayor grado de hospitalidad y confianza. En su mayor parte, cualquiera puede jugar a los juegos. Se ofrecen bebidas gratis como si fueras un viejo amigo o un cliente de larga data. Pero como todos sabemos, ocultos detrás de la superficie, estos entornos tienen algunos de los niveles más altos de seguridad de cualquier negocio en el mundo.
Baja seguridad y alta confianza: Las iglesias tienen un entorno único en el que los invitados son tratados con altos niveles de hospitalidad y confianza. Si una iglesia tiene un buen ministerio de primeras impresiones, las personas nuevas reciben lugares de estacionamiento de honor, café o agua gratis, recorridos por el campus, obsequios de bienvenida y una presentación adecuada al pastor. Rara vez una iglesia tiene detectores de metales, guardias armados o cualquier medida de seguridad seria.
Personas, lugares y sistemas seguros
La seguridad dentro de un entorno eclesiástico abarca personas, lugares y sistemas. Las condiciones inseguras surgen cuando uno o más de estos elementos carecen de supervisión o se descuidan. Por ejemplo, confiar en alguien a pesar de las señales de alerta o permitir el acceso sin supervisión a las instalaciones puede crear vulnerabilidades.
Las iglesias deben analizar honestamente a su gente y sus procesos, asegurándose de que las autoridades rindan cuentas, que los espacios se mantengan con regularidad y que los protocolos de seguridad se sigan de manera constante. El daño ocurre porque una o más de estas áreas no son seguras. Las iglesias seguras tienen personas, lugares y sistemas seguros.
Nuevas realidades de la seguridad en la iglesia
Mantener la seguridad en la iglesia es más desafiante que nunca. A menos que te aísles como una “isla espiritual para los elegidos congelados”, es probable que te encuentres con situaciones que pongan a prueba tus medidas de seguridad. Cuanto más sirve una iglesia a su vecindario, más desordenada se vuelve la seguridad. Más gente entrando a la iglesia significa más potencial de daño.
- · La gente está más consciente que en el pasado. Siempre reporta cualquier sospecha razonable.
- · Los medios de comunicación son rápidos para informar escándalos en la iglesia. Cualquiera sea su motivo, si alguien resulta dañado, debes esperar que los periodistas lo cubran. Un encubrimiento solo exacerba el daño del incidente.
- · Dado que las iglesias estadounidenses generalmente no son saludables, existen problemas sistémicos. Desear que los problemas sistémicos desaparezcan no ayuda.
- · La seguridad de la iglesia es tanto un problema espiritual como práctico. Satanás busca blancos fáciles. Desafortunadamente, los está encontrando en nuestras iglesias.
- · Las amenazas internas son más comunes que las externas. El tipo extraño con una gabardina oscura es atípico. Más común es el individuo confiable y de apariencia impecable que nadie sospecha que está manipulando a un niño o una familia.
- · La edad promedio de un feligrés es de 60 años, y las congregaciones que envejecen tienen diferentes problemas y expectativas de seguridad. Por ejemplo, el cumplimiento de la Ley para Estadounidenses con Discapacidades (ADA, por sus siglas en inglés) tiene un mayor impacto en ellas que los procesos de registro de niños.
Hoy en día, las iglesias tienen una doble vocación en un mundo caído. Deben garantizar la seguridad interna y al mismo tiempo enfrentar los peligros externos. Internamente, las iglesias deben ser refugios donde todos estén protegidos de cualquier daño. Externamente, están llamadas a salir y difundir el Evangelio, incluso en entornos riesgosos. Recuerde, una iglesia segura es una amenaza para el enemigo, y una iglesia insegura es un activo para el enemigo.